En la era de la transformación digital de los sistemas fiscales, las administraciones tributarias buscan nuevas formas de inducir el cumplimiento de obligaciones. Una de ellas son los “nudges”, o pequeños “empujones” que, de manera sutil, buscan guiar a los contribuyentes hacia determinadas decisiones.
El concepto, popularizado por Richard Thaler y Cass Sunstein en el libro Un pequeño empujón, se basa en el paternalismo libertario: influir en las decisiones sin eliminar la libertad de elección. En el ámbito tributario, los nudges pueden ser útiles para facilitar el pago de impuestos o incentivar el uso de beneficios fiscales, pero también plantean riesgos si se aplican sin criterios claros.
Un ejemplo práctico es la solicitud del certificado MiPyme. Mientras los contribuyentes tramitaban el beneficio del pago diferido del IVA, la opción “NO” aparecía marcada por defecto, lo que llevó a que varios empresarios desaprovecharan el beneficio simplemente por inercia o falta de atención. Este tipo de diseño digital evidencia cómo los sesgos cognitivos, como la inercia o la aversión a la pérdida, pueden condicionar decisiones que deberían ser racionales.
Los especialistas señalan que los nudges deben preservar la autodeterminación del contribuyente. La tendencia a simplificar pagos o liquidaciones mediante la automatización no debe convertirse en un mecanismo de presión encubierta ni erosionar derechos fundamentales. La pregunta central es: ¿la administración fiscal busca realmente facilitar el cumplimiento o termina induciendo pagos que de otro modo no se realizarían?
Entre los desafíos futuros, se destacan:
- Regular la aplicación de nudges para evitar discrecionalidad administrativa.
- Garantizar transparencia: el contribuyente debe saber cuándo está siendo “empujado”.
- Facilitar el acceso pleno a beneficios fiscales.
- Fortalecer garantías digitales y capacitación ética de funcionarios.
- Promover políticas de compliance tributario basadas en la convicción, no en el temor.
En definitiva, los nudges pueden ser herramientas valiosas para acercar al contribuyente al cumplimiento fiscal, siempre que se apliquen con respeto a la autonomía individual y al marco constitucional. El desafío es lograr un equilibrio entre innovación tecnológica, eficiencia administrativa y justicia tributaria.
(*) Contadores públicos. Tributaristas.
